Un regalo de Sergio Astorga

miércoles, 5 de agosto de 2015

Octav(i)o Augusto



- Condesa, condesaaaa...

- ¡Cielox, cuánto honor para este humilde palacete! La mismísima y desaparecida Freia, la propietaria, la excelentísima, la ínclita...

- Ahórrate el pitorreo, que tienes trabajo. Porque trabajar lo que se dice trabajar no es que lo hayas hecho mucho a lo largo de este último año. Siete entradas... Te habrás herniado...

Si quiere, hablamos del sueldo de miseria -aunque no sé hasta qué punto se le puede llamar así a no cobrar nada- y la sobreexplotación a la que me somete. Le advierto que hoy me he levantado con ganas de discutir y reivindicativa.

- Tengamos la fiesta en paz, condesita. Mueve el polisón y date prisa que los invitados están a punto de llegar. Venga... 

- Que bien se le da cortar el tema cuando no le interesa... luego dice Vd. de mí.

  Pero bueno, algo de razón no le falta, mis queridos lectoyentes. Así pues, abro de par en par las ventanas de mi casa, quito telarañas musicales y me dispongo a darles la bienvenida como se merecen,  un año más.






¡¡¡ OCHO AÑOS!!!

Este blog se he vuelto viejuno de pronto. Y seguir manteniéndolo -a duras penas- a lo largo de todo este tiempo, casi una heroicidad. La mayoría de las bitácoras han sido enterradas por las redes sociales: sic transit gloria mundi. Pero aquí seguimos; renqueando, pero seguimos. Y sí señor, octavo y en agosto. Y con igual majestuosidad que el mismísimo emperador de Roma -pues no le sobran a esta condesa ínfulas ni nada para compararse con quien haga falta...- 

Variaciones Goldberg cumple 8 largos, fructíferos en muchos sentidos y gratificantes años. Años en que ha habido de todo, como bien saben mis queridos lectores. Y como ya lo saben, no pienso repetirlo.

No obstante, sí que se merecen una explicación a tanto silencio. Como bloguera vuestra que soy, os debo una explicación y esa explicación que os debo os la voy a pagar. Que yo como bloguera vuestra que soy os debo una explicación y esa explicación que os debo...
¡Huy, no quería yo llevar las cosas por ahí..! Empecemos de nuevo.

Sé que raya en la sinvergonzonería haber escrito solo siete entradas en un año. Diré en mi descargo que es una cuestión de tiempo y de amor. Más bien de ausencia y presencia, respectivamente.

Y es que uno puede enamorarse fulminantemente a los cincuenta y muchos, se lo puedo asegurar. Y estoy en el momento más dulce y dedicándole a ese amor nuevo todo el tiempo del que dispongo y un poquito más si cabe. Y cuanto más me pide, más le doy porque me va en ello estar feliz y, a ratitos, hasta serlo. De modo que en él me sumerjo los días de diario y los fines de semana. Para intentar conocerlo mejor, para volcarme en él, para tratar de corresponderle en la medida de todo lo que me da. Hasta renuncio a parte de mis vacaciones por estar juntos. Hoy por hoy les puedo asegurar que pocas cosas no haría por él.
Y eso me quita tiempo para todo lo demás, esta bitácora incluida.

Lo bueno es que a mi flamante nuevo amante le gusta también mucho la música. De hecho, ha sido un disfrute poder hacerlos compatibles. En cierta medida, los dos tienen muchos más puntos en común de lo que pudiera parecer...

Sean pues indulgentes conmigo, dado que estoy segura de que son capaces de comprenderme.

Este amor nuevo ha venido para quedarse, de modo y manera que es probable  que mis ausencias de esta bitácora sean largas. Más de lo que yo quisiera. Pero, en la medida de lo posible, seguiré manteniendo abiertas las Variaciones por si a alguno de Vds. se les ocurre pasearse de vez en cuando por los dormidos salones y por reencontrarme a mí misma en ellas de tanto en tanto.

Pero ya está bien de palabras infladas y altisonantes. Es hora de que se sirvan las bebidas calientes o frías, espiritosas o directamente alcohólicas y los panecillos, los petits bouches salados y dulces, los minicroissants y los baklavas. De modo que pasen y siéntense donde les apetezca y acompáñenme en el cumpleaños de esta bitácora, celebrando que todos seguimos reuniéndonos, aunque sea con menos frecuencia.

Pero, sobre todo, tómense un  poquito de su tiempo  para escuchar la  música de  celebración que  hoy -con más razón que nunca puesto que son todo ochos- sonará en esta bitácora. Nada más y nada menos que Paquito Pedro Schubert nos hace los honores y siempre es un privilegio tenerle por aquí. Si es de la(s) mano(s) de Daniel Barenboim, miel sobre hojuelas.

Brinden también conmigo por ese amor consolidado y nuevo que me ha crecido, al que adoro y me doy.

E intenten ser todo lo felices que puedan. Aunque los otros no quieran, aunque no les dejen.


Schubert, F.P. (1797-1828) - Octeto en Fa mayor, D 803, op. post. 166. David Oistrakh, violín; Peter Bondarenko, violín; Mikhail Terian, viola; Sviatoslav Knushevitzky, cello; Joseph Gertovich, contrabajo; Vladimir Sorokon, clarinete; Joseph Stidel, fagot; Jacov Shapiro, trompa. Moscú, Noviembre 1955. Vía classical Vault 2



Schubert, F.P. (1797-1828) -  8 Impromptus (4 Impromptus D 935, op. 142 y 4 Impromptus D 899, op. 90). Daniel Barenboim, piano. Deutsche Grammophon, 1978. Ediciones del Prado, colección Concierto de Cámara, 1995




7 comentarios:

Anakasis dijo...

!mardito teatro!, puñalaita que me da
ya no me ayudará

http://www.anarkasis.net/Winckelmann/historia-del-arte-antiguo.htm


Un abrazo

Freia dijo...


Siempre se busca, querida, titánicos esfuerzos. Lo que dice mucho y bien de Vd.
Pues claro que la ayudaré, mi buena Anarkasis. Sacaré tiempo de debajo de las piedras, aunque sea.
Cuente con ello.

Un abrazo veraniego y grande. ïnfulas de Fasolt

Fackel dijo...

Felicidades por ese cumpleaños, o mejor dicho, por tanta perseverancia. Yo sé de uno que va camino de nueve años este mes y el balance ha merecido la pena para la vida interior y por la satisfacción obtenida de tantos blogueros que se han acercado. Así que nada de arrojar toallas. La toalla para secarse siempre. Un abrazo.

Sergio Astorga dijo...

Mi querida Condesa. reciba un octavo abrazo. Como sabe, paso seguido a sus estancias a buscar el sosiego musical. Usted siempre estará en escena.

Paz Juan Robledo dijo...

En Querido Antorcha, en primer lugar, felicidades por ese "casi" noveno cumpleaños. Teniendo en cuenta además que su blogosfera no consta solo de un blog sino de múltiples y variados, el mérito es sún mayor. Trar la toalla, no, nunca. Pero es que el día no se estira, así que hay que establecer prioridades.

Muchas gracias por pasarse por este salón.
Un abrazo grande y un beso.

Paz Juan Robledo dijo...

Mi querido abarrotero. Sabe Vd. que tiene bula para pasar y llegar hasta la cocina.
Las tablas, como siempre, llamando.
Abrazo augusto también para Vd.

Freia dijo...

Espero que sean más. Al menos en verano, puede que le dé algo más de vidilla a la bitácora, que se lo merece.
Me alegra que le gusten las baclavas tanto como a mí, independientemente de que luego quepamos o no en nosotras.

Un beso enorme y doble.