Un regalo de Sergio Astorga

viernes, 25 de noviembre de 2011

No al maltrato hacia las mujeres

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Hace dos años escribí un texto para la revista Delirio. Ésta lo publicó algo más tarde pero yo nunca lo hice aquí, en las Variaciones. El tema sobre el que debíamos trabajar era Metamorfosis y me pareció muy apropiada la historia de Apolo y Dafne de Ovidio, después de escuchar unas escalofriantes estadísticas relativas a la violencia machista.

Aunque es un problema que todos tenemos muy presente a diario, ayer, una encuesta realizada a jóvenes españoles entre 12 y 18 años me puso nuevamente los pelos de punta. Una parte nada despreciable de nuestros muchachos cree que las chicas tienen que complacer a sus novios, que los celos son un acicate en el amor, que el hombre está para proteger a la mujer y que ésta debe, como compensación, doblegarse. Y, una vez fui capaz de reaccionar, pensé que lo estamos haciendo rematadamente mal en lo que a educación se refiere cuando ellos se sienten además tan orgullosos de ir proclamando semejantes barbaridades.

Hoy es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer






... y, una vez más, considero mi obligación utilizar el blog como plataforma para decir que ¡BASTA YA!

Y decir también que NADIE debe mirar hacia otro lado porque el sufrimiento y la sangre y la humillación y el dolor y la muerte de cada mujer que es maltratada nos atañe a todos, nos importa a todos, nos involucra a todos, nos COMPROMETE a todos

Cada vez que un hombre levanta la voz o la mano contra una mujer, cada vez que las deja caer sobre ella... En cada prohibición, cada insulto, cada humillación, cada maltrato emocional, cada silencio... Con nuestra inhibición de lo que sucede en la puerta de al lado, la casa de al lado, la habitación de al lado... En nuestra despreocupación por la educación en el colegio, la educación paterna, la educación audiovisual que los adultos del mañana reciben al respecto...

 No se está haciendo  lo suficiente para evitar  una bofetada, una humillación, una paliza, un insulto, una muerte.

Y, aunque tímidamente, la cifra de asesinatos a manos de novios, compañeros, maridos, ex compañeros, ex maridos, ex novios ha disminudo, continúa siendo escandalosa, inmoral, asquerosa, horriblemente alta. No solo hay que gritar cuantas veces sea necesario ¡NI UNA MÁS!, es que entre todos tenemos que conseguir que esa maldita, cruel, odiosa cifra acabe siendo CERO. Por eso hoy es un buen día para recordar, para recordarnos que es VITAL que nos  unamos para reivindicarlo y decirlo con voz bien alta,  para ayudar a cualquier mujer maltratada en cualquier forma o manera, para tener la valentía de denunciar a quien sea culpable, para contribuir activamente en la educación de los jóvenes que tenemos cerca y alrededor...  Y también para obligar a las autoridades, sean del tipo que sean, a que pongan más medios, más interés, más medidas, más voluntad, más dinero, más ganas en evitarlo y en educar a las generaciones que vienen detrás.
Porque es un problema DE TODOS y entre todos debemos ponerle solución.

¡BASTA YA! 
¡NI UNA SOLA MUJER MALTRATADA, FÍSICA O EMOCIONALMENTE!

Por eso hoy les traigo este texto que nació de la rabia. Nunca escribí nada tan dual.  Va de lo  intimista a lo solemne, empieza hablando de lo cotidiano para elevarse hasta lo divino, asciende desde la época actual a la antigüedad. Trata de la mujer anónima y de la que es conocida universalmente, de la vejación particular que sufre la primera y la venganza incruenta y universal que ejecuta la segunda, del fracaso de la bonhomía y la razón pero también del triunfo de éstas sobre la sinrazón y la violencia. Tiene dos colores, dos formas de ser escritas, dos estilos diversos, dos tiempos verbales, en tercera y en primera persona. Me pareció importante hacerlo así para ir subiendo gradualmente de un nivel al otro de un relato bifronte en el que existe un haz y un envés, una cara y una cruz, pero siempre integrantes de las mismas hoja o moneda. Nació también fruto de la indignación y la impotencia. Hoy pienso que la indignación hay que potenciarla desde la lucidez y la cordura y que la impotencia puede desaparecer si nos ponemos manos a la obra YA MISMO.

Este pequeño trabajo es pues  mi contribución a este 25 de noviembre que todos los años se nos hace dolorosamente actual y triste. Como un grito, una llamada de alarma, una lucha necesaria e inmediata.
Para mejorarlo ostensiblemente, les dejo con una exquisita cantata que sobre el mismo tema compuso ese alemán trastocado en británico que fue don Jorge Federico...

Pongan todo lo que puedan de su parte para soliviantarse con el texto, compensando con su buena voluntad las carencias de éste. Disfruten (no necesitarán esforzarse lo más mínimo) de la partitura de Häendel y sean, seamos muy conscientes de que entre todos podemos hacer mucho para evitar ese goteo incesante y terrible de mujeres maltratadas, apaleadas, mutiladas, heridas, insultadas, vejadas, asesinadas en todo el mundo.

Téngamoslo muy presente a diario y gritémoslo con fuerza hoy.




 
TRANSMUTADO OVIDIO


Dichas estas razones, voló Cupido y se detuvo sobre el Parnaso;
y disparó dos flechas: con una clavó el amor, y el desdén con la otra.

OVIDIO - Las Metamorfosis


"Supo que se había equivocado eligiendo el camino más corto -pero también el más oscuro-, cuando ya no tenía remedio.
 
Durante todo el día la sensación de cansacio la había seguido tontamente de un lado para otro. Tenía sueño. Llevaba varios días durmiendo muy poco porque aquel proyecto y la machaconería persistente del jefe le escamoteaban el sueño. Por esa razón, no se lo pensó dos veces cuando, después de llevar un cuarto de hora caminando desde que saliera de la oficina, se encontró en el cruce entre la avenida bien iluminada y rectilínea y aquella calleja estrecha y diagonal que le acortaría al menos en diez minutos el camino. Además, los tacones le mordían sin piedad los pies.

Escuchó por primera vez sus pasos irregulares y torcidos al pasar por delante de aquel solar turbio y de olor imposible. Pensó que su miedo habitual le estaba jugando de nuevo una mala pasada. Pero sintió frío. Un frío indefinible, como el que te perfora la médula cuando te dan una mala noticia, como el que te empapa cuando tienes la certeza de que no hay salida alguna.

Intentó no asustarse, pero las baldosas mojadas le devolvían el cada vez más rápido y estúpido soniquete de las suelas gastadas. Las de un él, sin duda, por la fuerza que imprimía al andar. No había un alma en todo el recorrido. Ni ventanas iluminadas, ni puertas entornadas que la tranquilizasen. La realidad le sonrió desdentada y cruel desde una esquina sucia de orín y oscuridad.

Cada vez caminaba más deprisa. Él también. Le habría gustado gritar, pedir ayuda pero sabía que gastaría fuerza inútilmente. Habría dado algo por llevar aquellas playeras de color indefinido y feo que tanto le gustaban. Aceleró la marcha y el pulso, envidioso, le machacó la sien con latidos abruptos y chillones.




Las piernas decidieron por ella y se lanzaron, desorientadas y torpes, a una carrera que no conducía a ningún sitio. El bramido estaba cada vez más cerca. Su aliento, el de él, le atosigaba la nuca con pellizos desagradables de tabaco y sudor.

Por un momento pensó que le daría tiempo a llegar, que encontraría un bar abierto, que alguien saldría de un portal y le sacudiría ese mal sueño hasta depositarla, tranquila y avergonzada en la orilla segura de su cama revuelta. Pero él seguía siendo él y estaba alargando una mano grande, dura, pegajosa para atraparla.

De repente,

                          algo que no era el miedo 

                                                               la paralizó con suavidad,

                                                                                   sujetándola firmemente al asfalto...


... Porque yo, Dafne, la hija de Peneo, su ninfa preferida, me he vuelto más poderosa que tú, Apolo, tan indigno y arrollador como tu padre Jupíter.

Ya no podrás abusar de mí, ni poseerme, ni violarme.



Mira cómo la sangre de mis brazos, que nunca te rodearán, se convierte poco a poco en la savia que por fortuna me redime.

Mis piernas se inmovilizan y se vuelven leñosas lentamente, ocultando para siempre el hueco luminoso que nunca horadarás, que jamás llegará a ser tu anhelado refugio.

Mis pies, anclados ahora firmemente a tierra, ya no te temerán por ser menos veloces que los tuyos.

Te he vencido, Apolo. Mis dedos, mis manos, la melena que siempre buscaste destrenzar van adquiriendo el tono verde oscuro de las hojas sagradas.

Me he vengado de ti, por toda la eternidad y hasta el límite del tiempo.

Y en mí vengo a todas las mujeres maltratadas, desposeídas, ultrajadas. Y mi venganza es la más terrible porque yo, tu objeto del deseo, te seré por siempre inasequible. Y jamás me tendrás. Y cuando tus manos ávidas intenten tocarme, toparán con la madera madre, con la corteza áspera y rugosa con que mi padre me cubrió acudiendo en mi auxilio. Porque, no te engañes, Apolo. Él me protegió originando al tiempo tu propio deshonor y desvergüenza.

Y seré más que tú. Y las hojas de aroma profundo y persistente con que me han envuelto tu desfachatez y tu codicia, se aposentarán por siempre en tu cabeza, coronándote, ciñéndote, apresándote.

Los demás pensarán que te cubres con el verde trofeo a causa del desconsuelo y la tristeza y que eliges mis hojas en homenaje al sueño interrumpido y nunca consumado. Creerán que lo haces por tal causa. Y estarán convencidos de que a ello te lleva justamente la dulce terquedad del imposible y porque con dicho acto perennemente me honras. Pero se engañan. Tú sabes que se engañan. Y sólo los dos sabemos que es mentira. Que fue mi voluntad y no el amor quien te anudó sin remedio a esa diadema atroz que te aprisiona.

Para que seas consciente de por vida de que te acosará la indignidad por dónde vayas, persiguiendo tu rastro con fiereza, negándote implacable el perdón y el olvido."


G.F. Händel (1685-1759). Cantata de Apollo e Dafne (La terra è liberata). I Aria: Felicissima quest'alma..! II Aria: Ardi, adori e preghi... III Recitativo: Ah, qu'un Dio non dovrebbe..! IV Aria: Come in ciel benigna stella... Dafne: Roberta Invernizzi, soprano. La Risonanza. Fabio Bonizzoni, director. GLOSSA, 2010.




1 - Felicissima quest'alma
ch'ama sol la libertà.
Non v'è pace, non v'è calma
per chi sciolto el cor non ha.

2 - Ardi, adori e preghi in vano;
solo a Cintia io son fedel.
Alle fiamme del germano
Cintia vuol che io sia crudel.

3 - Ah!, ch'un dio non dovrebbe
altro amore seguir ch'oggetti eterni;
perirà, finirà caduca polve
che grata a te mi rende,
ma non già la vertù che mi difende.
4 - Come in ciel benigna stella
di Nettun place il furor;
tal in alma onesta e bella
la ragion frena l'amor.

1 - Felicísima el alma
que no ama sino la libertad.
No hay paz, no hay calma
para un corazón que no esté libre de ataduras.

2 - Ardes, adoras y rezas en vano;
le soy fiel a Cintia.
A la llama del hermano
Cintia quiere que responda siendo cruel.

3 - Ah!, un dios no debería
perseguir otro amor que no fuese objeto eterno;
perecerá, acabará convertido en polvo
lo que me vuelve grata a ti,
más no la virtud que me protege.
4 - Como en el cielo la pequeña estrella
de Neptuno aplaca el furor;
así en un alma honesta y bella
la razón frena el amor.

19 comentarios:

Anarkasis dijo...

Desde luego... esta Dafne...
Y yo necesitando un Apolo corriendo detrás de mi.. que iba yo a correr para atrás como los cangrejos.
¡Vamos!
Respecto a la encuesta,(todas las enuestas), sigo opinando lo mismo. que las carga el diablo, y que preguntan lo que ya sabian a priori.
Mi percepción aquí no es tan negativa. El respeto mutuo en todos los campos empieza no solo a generalizarse sino a estar muy consolidado. Que aún tendrán que pasar generaciones, creo que sí. Hay "valores" aún enraizados que morirán con sus portadores, pero esos animales incontrolados están en el camino de extinción, y las estadísticas de 3 dígitos de donde se partió, empiezan a estar cercanas al unico dígito, pero el sentido común me dice que no será el deseable #0# nunca.

Sniff, no bajan los mp3, un mailito porfi, que canta chachi la chica, si hubiera estado allí cantando, se le hubiera puesto flácida la siringa hasta al mismo Apolo

Isabel dijo...

Hermoso texto y buenísima reflexión. Me uno a ella, yo también escuché que los estereotipos siguen sin distinción de clases, edades etc. Incluso en paises con mejor nivel de vida se da. Hay que empezar desde el colegio a educar.

Escuché anoche a una mujer joven hablar la 2 de TVE y me pareció interesante su opinión; ella había padecido maltrato y ha creado una asociación:
http://vivesincelos.blogspot.com/

Un fuerte abrazo

Txema dijo...

Por error te he dejado el comentario en una entrada equivocada.

La verdad es que me pillas, sirva de disculpa, con Lakmé y su famoso duo, un poco relajado con las voces de Netrebko y Garanka, pero no tanto como para no poder confirmar algo que siempre he sostenido.

Por muchas leyes que existan, el problema fundamental es la educación desde el inicio de la vida.

Además, siempre cabe la posibilidad de que un gobierno indulete a un maltratador, ¿verdad?

besos.

RGAlmazán dijo...

Se prodiga usted poco señora condesa, pero cada entrada es un entradón.
Es preocupante el resultado de esas encuestas, sin duda. Algo o mucho se debe estar haciendo mal para que los jóvenes piensen así.
Mal asunto si las nuevas generaciones siguen con esa carga de machismo que parece que nos dice la encuesta. Hay que seguir, gritar y luchar para cambiarlo.
Mil besos

Salud y República

Freia dijo...

María, sabes que casi siempre coincidimos pero está vez no estoy de acuerdo contigo.
Yo creo que gritar, denunciar, presiones a las instituciones no es inútil. Por supuesto que, como dice Anarkasis, tendrá que pasar tiempo todavía pero no siempre tiene que mandar el que pega o insulta, ni mucho menos. Aunque el maltrato se dé en la habitación, trasciende a los que están cerca y ahí sí creo que los demás pueden hacer mucho.
Y, por supuesto, estoy de acuerdo contigo, en que lo fundamental es educación, educación, educación.

Un abrazo bien fuerte.

Freia dijo...

Mi querida Anarkasis, me gustaría ser tan optimista como Vd. Le doy la razón, igual que a María, en que la educación es básica, primorcial, imprescindible. Pero a mí si me preocupa muchísimo que haya chavales y chavalas que piensen como los de la encuesta. De acuerdo en que éstas pueden estar manipuladas, pero si no existiera el pensamiento no se manifestaría.
Amén de eso, una de las raíces del problema es el abuso hacia el más "débil" por parte del más fuerte. Y hay quien no conoce más razón que la fuerza bruta y piensa que puede abusar porque sí, porque es el más fuerte físicamente.
Ojalá y esa cifra baje a tener un solo dígito, pero me temo que tardaremos muchísimo en verlo.
Por supuesto, también educación, educación, educación. Pero siempre he mantenido que no es el único campo en el que trabajar. Mientras tanto hay que presionar, exigir y denunciar. Y cuando digo denunciar, me refiero fundamentalmente a la denuncia social. Y también, naturalmente, a la reinserción y a la educación del maltratador.

Por lo que respecta a Dafne... ¡ya quisiera ella tener el palmito que Vd. luce, querida! Fasolt dice que, si hace falta, se pone una túnica corta y unas hojitas de laurel por corona y va a hacer el ridículo luciendo canillas donde Vd. le diga. ¡Faltaría más!

Un abrazo, querida.

Freia dijo...

Querida Isabel, gracias por tu referencia al texto, jajaja porque ha pasado en general sin pena ni gloria.

Creo que tienes razón. Se da en todos los ámbitos. Yo conocí el caso de una profesora de universidad, una auténtica erudita, inteligentísima, con estudios y don de gentes que era maltratada por su marido. Éste no tenía ningún tipo de de cultura pero ejercía sobre ella una extraña fascinación. Ella misma me contaba que su marido era un auténtico encantador de serpientes y que le costó muchísimo superar esa adicción que sentía por él. Además el maltrato es gradual. Casi siempre se empieza por una palabra más alta que otra, seguida de una petición de perdón y una promesa de que no volverá a suceder . Después vienen los tonos desabridos y los insultos hasta que, un buen día, llega la primera bofetada.

En cuanto tenga un poquillo de tiempo me paso por el enlace.

Un abrazo muy grande, sevillana.

Freia dijo...

Espero que haya disfrutado su dueto de Lakmé, mi buen caballero de Noeraixò. Y espero también que no trabaje más horas de las necesarias (por ejemplo en domingo) porque eso no es bueno.

Sí, Txema. Es recalcar lo mismo: educación, educación, educación. Pero mientras llega esa conciencia de igualdad y de no abuso, ¿cómo actuamos ante el maltrato que se da ahora y ya? ¿Dejamos que cada mujer se las apañe por sí sola o la ayudamos de forma efectiva, con la denuncia si es necesario? ¿Dejamos que los gobiernos rebajen los presupuestos dedicados a protección de las mujeres, que los jueces tengan los expedientes meses y meses en un cajón o exigimos al gobierno de turno y las instituciones, más medios y más celeridad en la resolución de los juicios?. Honradamente pienso que tenemos que hacer muchas cosas además de educar.

Otro abrazo bien fuerte para Vd. Sentí mucho no poder verlo el otro día.

Freia dijo...

Don Rafael, estoy totalmente de acuerdo con Vd. Porque educar no es incompatible con otras cosas.
Yo veo comportamientos en el autobús y en el metro en parejas muy jóvenes que me ponen los pelos de punta. Ellos empujan e insultan (nada en broma) y ellas, complacientes les ríen la "gracia". Parece que hayamos retrocedido muchísimos años al respecto.

Dése paseos por mí allá por las Kabilas y envídieme que me marcho a Venecia el sábado... Jijiji.

NáN dijo...

Dafne hizo trampa: tuvo que dejar de ser mujer.

Y la Espe, ha rebajado un millón de euros los que dio el año pasado contra la violencia de género.

¿Cómo jugar limpio y bien?

Freia dijo...

Sí, la verdad es que en la venganza llevó la penitencia. No sé yo quién salió más perjudicado personalmente.

No tenía ni idea de lo que había hecho Espe-jo de- todo... ¡Qué hija de su madre! Se suponía además que siendo mujer, a priori, puede estar más concienciada del problema...
A eso me refiero con gritar: a exigir de los poderes públicos que se lo tomen mucho más en serio.

Un abrazo bien indignado, Nano.

Sergio Astorga dijo...

Condesa, un desencanto infeliz invade este abarrote. Las noticias que me llegan, que vivo, no me dejan bueno hueso alguno. Confieso que no sé defenderme del machismo, no se me da y a veces no sé si alcance el arrepentimiento. Ninguna virtud me protege.
¿Qué pasa con una víctima, cuales son los síntomas de mejoría? ¿La distancia? ¿Una víctima puede romper el círculo pernicioso de la dependencia? Me confieso incapaz de responder.

Un grito antes y otro después. Gritemos que nos están oyendo.

Abrazando que es gerundio.
Sergio Astorga

fra miquel dijo...

Conocía tu texto. Muy acertado, por cierto. Hoy, de vuelta a casa después de un fin de semana con amigos, escuchaba en la radio que ha muerto otra mujer a manos de su esposo...
Parece que esta sangría no retrocede...
Gritemos pues. Yo si creo que ha de ser algo útil.
Y la educación...Habrá que trabajar mucho en ello...
un abrazo

Paz Juan dijo...

Mi querido abarrotero, no sabe cuánto me preocupa recibir esas noticias y saber que está pasando por momentos tan difíciles.
Parece fácil, desde fuera, romper la dependencia pero no lo es. No lo es en absoluto. Por eso son tan necesarios los gritos de quienes están al lado de quien sufre el maltrato. Por eso es importante para romper ataduras. Por eso, se saca fuerza de donde no la hay.

Un abrazo cálido.

Freia dijo...

Bona nita, pater. Gracias por sus palabras.
Sí, la sangría continúa para desesperación de todos. Hay días en que uno se siente más optimistas, pero otros...
¿Cómo actuar ante tanta barbarie cuando fallan la educación y el respeto?

Un abrazo, Miquel.

Isabel Barceló Chico dijo...

Maravilloso texto que suscribo en su totalidad. Gracias por haberlo traído aquí, tan a tiempo, aunque yo haya llegado un poco más tarde a degustarlo. Desgarrador y cierto. Un abrazo muy fuerte, querida amiga.

Freia dijo...

Gracias a Vd., Romana, por venir hasta aquí, que sé que anda agobiada de tiempo. Y otro abrazo enorme para quien me trae a Ovidio tan cerquita, en tantas ocasiones. 

Anónimo dijo...

Con estas cosas lo que procede es la tolerancia cero. Parece mentira que en los tiempos en que vivimos se siga dando y descorazona un poco a la esperanza de que algún día termine. Eso es un error: la esperanza, mejor dicho la confianza en su total erradicación, es la que nos seguirá animando a trabajar por conseguirlo.
Mientras tanto, verguenza.

Salud

Freia dijo...

Pues yo también creía a pies juntillas en lo de la tolerancia cero, y sigo pensándolo en lo que respecta a denuncia social y judicial, juicio, castigo. Pero ¿qué ocurre después? Porque también pienso que el maltratador puede rehabilitarse y también es obligación de la sociedad proporcionarle esa vía de rehabilitación. sólo así se puede vencer la actitud de quien maltrata o ha maltratado. Sé que mucha gente no está de acuerdo y es un tema espinoso pero también estoy convencida de que los comportamientos se pueden cambiar.

Un abrazo triple, querido Charles.

PD he perdido cierto enlace muy importante para mí. ¿Me lo podría Vd. pasar por correo? Mil gracias.