Un regalo de Sergio Astorga

lunes, 20 de junio de 2011

La luz azul y verde de Donosti

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Salimos de Madrid con apenas dos horas de sueño y dos y media de retraso por culpa de una prueba médica de última hora. Una más, impertinente y machacona. Más de dos horas robadas a unas escasas 24. Además, el camino hasta Burgos está animado por obras continuas que hacen que los 250 kms. a un carril y el cansancio acumulado nos desesperen un poco. Otro bocado más al poco tiempo que tenemos. El trayecto hasta Vitoria transcurre con normalidad y pasado algún tiempo, no mucho, la salida de un larguísimo túnel nos regala un letrero: Gipuzkoa y un paisaje radicalmente cambiado. Enormes pinos que rizan lomas y laderas suaves, castaños y robles acompañarán a partir de ahora nuestro recorrido. Es como zambullirse y volver a salir. Se multiplican desde este momento los pasos bajo tierra, los ríos y sus valles. El Deva o el Orio  van descubriendo pueblos no muy grandes pero con algún tipo de industria humeante o blanqueadora siempre. Y regalando siempre también, como contrapartida, caseríos solos, colgados del verde imperturbable y limpio.

Por fin, Donosti. La entrada por Ondarreta hasta la calle San Martín. Y el mismo hostal de tantos otros años que nos dice que estamos aquí de nuevo. Está nublado y el viento se empeña en llevarnos la contraria. Son las tres y media de la tarde.

Y justo desde este instante empiezan a romperse algunas tradiciones sin que podamos evitarlo. Buena parte del paseo de la Concha hasta el Ayuntamiento está cerrado por las dichosas obras del aparcamiento, que durán al menos ya dos años. Pero es igual. El azul que va dejando el aire empujando el agua sigue siendo el mismo: profundo, limpio y nada imperturbable.

M. está cansado pero respeta y acompaña mi rito aunque no pueda compartirlo. Sabe que, cada año, el soplo suave del recuerdo hace que encaminemos los pasos hacia el Vallés, al lado de la catedral, para el homenaje particular en forma de Gilda. Pero en este junio la ausencia de Manuel pesa demasiado, como en los últimos meses, y esta vez no hay banderas blanquiazules colgando de los balcones, exultantes y orgullosas, que nos la hagan más llevadera. Y pesa tanto que, queriéndolo, a propósito, cambio... cambiamos de rumbo y entramos en el Viejo al tiempo de un txirimiri débil. Y eso nos obliga a sacar un paraguas que irremediablemente se da la vuelta para, como el viento,  llevarnos la contraria también él.

Menos mal que el Gandarias nos acoge limpio, cálido y amable, como siempre. Y allí, detrás del Gilda desubicado, la limpieza de sabor de un chipirón solo y sólo vuelta y vuelta, bañado en negro propio, nos reconocilia definitivamente con el día. Una gamba sumergida limpiamente en bechamel suave cierra el menú corto y perfumado de iodo y sal.

El sol abre imperturbable, limpio y profundo cuando bien entradas las cinco deshacemos el trayecto, esta vez camino de la segunda razón fundamental del viaje. Llegamos al Peine de los Vientos aún con la marea baja, apenas iniciada la subida. El azul es aún más fuerte, más limpio, más perturbable por fortuna. No soplan los orificios de piedra pero el viento se deja acariciar por los surcos convexos del acero cortén. Como la niña rubia de la canción... se lo peina su tía, carabí, con mucha suavidad... con peinecito de oro, carabí  y horquillas de cristal, carabiurí, carabiurá...   

Se está bien, muy bien. El pabellón de baños y el palacio de Miramar se dibujan perfectamente enfrente. A la izquierda, Santa Clara ejerce, como tiene que ser, su oficio de perla y oculta la escultura de Oteiza que, desde el otro lado de la bahía, envidiosa, canta atonalmente mientras mira cómo se deshace el Urumea al contacto del agua abierta.

Enseguida aparecen ellos. Traen las ganas de un abrazo y un beso, como nosotros; de contar proyectos, planes, recuerdos recientes, esperanzas, como nosotros... Y entre las manos de ambos, una firme realidad, tímida, crecida y añorante de arena y ola. Unos cafés o unas tónicas, que tanto monta, y la charla distendida y tranquila acerca de lo acaecido en un año, de lo que queda por hacer, de las ganas de conocer y abrazar a otros blogueros amigos, del deseo pronunciado pero aún solo en ciernes de visitar Madrid en cuanto puedan. Mientras tanto, el grumete se encarga de demostrar que, afortunadamente, a él le aburren ciertas cosas y que Ondarreta lo llama cada vez con más fuerza.

El tiempo transcurre volando y deja caer tres hermosos presentes en forma de libros sobre los "chauffeurs", la ópera francesa y el "ruido eterno" mientras se oye el zumbido de pelotas de tenis, como abejas hinchadas, bailonas y amarillas. La separación deja un abrazo fuerte, alegría por haber podido vernos de nuevo y un poso de "hastaelañoquevieneoquizasantesenMadrid". Nos alejamos de ellos despacito mientras el pirata invita imperioso a que lo descalcen para llenarse de arena y correr hacia ese descubrimiento recién adquirido de las olas azules y blancas.

Nos viene bien el paseo. El aire huele a azul y verde, a recuerdos, añoranzas, realidades, papel impreso y la esperanza de otros amigos por ver a la noche.

De nuevo el rito. El tercero. Vestirse para cenar con ellos. Y la promesa de la sonrisa franca, el cóctel de bienvenida, el abrazo. Y un lazo recién descubierto entre unos amigos y otros.

¡Cómo explicar una cena que tanto nos merecemos y desde hace ya tiempo! Pues sí, nos la hemos ganado a pulso y ¡que se mueran los feos! Para celebrar muchas cosas: aniversario, cumpleaños, esperanzas que se apagan y se encienden intermitentemente. Para compartir que pasamos por ciclos hermosos y otros no tanto. Mientras, el buen hacer de padre e hija a los fogones nos llena de sorpresa, sabores, olor, tacto, vista, rumores de la sala. La noche termina con la risa indisimulada de ambos amigos ante un juguete nuevo de vieja hoja de lata.

De regreso, esa inmesa y translúcida caja de cartón que evoca lo mejor de Moneo, el Kursaal, nos despide todavía luminosa al borde del puente y de la playa de La Zurriola. Nos espera el descanso, el dormir durante más de ocho horas, el silencio.

Al día siguiente, el tiempo está cambiante pero despejado. Ha rolado el viento y hace más calor. Es más húmedo, más salino. Abraza y peina también él.

Desayunamos tarde y nos queda el tiempo justo para un paseo por la bahía. Patinadores, ciclistas, un par de locos que se meten al agua sin la ayuda suave y caliente del neopreno. Hortensias y el verde que tapiza la base de Miramar. El blanco de las barandillas es aún más blanco contra el azul espeso y limpio de una marea que anda a medio camino del descenso. Santa Clara sonríe abiertamente. El Igeldo y el Urgull siguen enzarzados en esa competición absurda de quién tiene las mejores vistas.

Con la última campanada de las doce, como la Cenicienta, tenemos que salir corriendo de ese palacio azul y verde, antes de que la carroza convertida en calabaza nos recuerde que se acabó, que no hay más hasta el año que viene. Deshacer el camino cuesta. Apenas 20 horas y tenemos que regresar a Madrid sin excusas. No queda más remedio.

Comienza a llover




                                         El azul se hace gris

                                                    El verde del camino de vuelta se desdibuja en pardo.




Al llegar a Burgos, de nuevo las obras, el carril único, la velocidad limitada a 80.

Menos mal que nos quedan las imágenes, la música, el calor de ritos y quienes los propician.

                                             
                                                  

                                                    Y el viento que peina al viento.

                                                                   Y la luz verde azulada de Donosti





J.C.de Arriaga (1806-1826). Cuarteto de cuerda nº 3, en mi bemol mayor. II Andantino (Pastorale). Cuarteto Mosaïques. Grabado en el Palacio Real de Madrid, en 2006. L'Oiseau-Lyre, 2006




[Intenté buscar música del donostiarra Usandizaga para ilustrar las fotos que les traigo, pero en casa solo tengo Las Golondrinas y, por más que la escuché, no encontré ningún pedacito que acompañase las imágenes en la forma que yo quería. Les traigo pues las notas de otro vasco, injusta, terrible y parece que definitivamente casi olvidado de todos, al menos en nuestro país. Ha sido el bicentenario de su nacimiento hace apenas cinco años y pasó sin pena ni gloria. Esperemos que el de su muerte, en 2026, sea más celebrado y que estemos todos aquí para contarlo.]

[Últimamente ando bien liada y con poco o casi ningún tiempo para trastear por la blogosfera. Ruego me perdonen todos los lectoyentes si no acudo a sus bitácoras todo lo que me gustaría. Disculpen también mi tardanza en contestarles en ésta.
Tras esta entrada pues, ocurrirá más de lo mismo. Aunque este vez hay un factor añadido que vale la pena. Hace unos segundos que acaba de empezar mi cumpleaños y aunque el número de los que caen no es como para celebrarlo, sí lo es el estar aquí y ahora y estar bien y tener ganas y alegría por contarlo.
Pienso pues hacerle los honores al aniversario convenientemente. Calculen después un par de días, como mínimo, por la resaca y hacia el miércoles o jueves volveré a hacerles todo el caso que se merecen.
Y ahora, con su permiso, me voy a abrir los regalos]


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21 comentarios:

alucinao dijo...

Ains, ¡Qué bien se explica Vd! Falta el menú en Ca Juanmari ;-) Muchas Felicidades Paz, que tengas un gran día.

jddm dijo...

Cuesta esa vuelta; ese "alejarse despacito"; el dolor de lo pasado y la esperanza... No sé si es que Peter también está, como usted, al borde de sumar años; o quizá la falta de sueño, que ayude a la nostalgia... Pero lo cierto es que su entrada me ha emocionado... Esa playa de la Concha, demasiados recuerdos para un nombre tan "chico"...
Disfrute y cumpla años, muchos años. Y, sobre todo, compártalos con nosotros.

Un abrazo y muchas felicidades.

http://www.youtube.com/watch?v=FLiIp92ZDx0&feature=related

Txema dijo...

Si, la verdad es que es bonita la playa de Bilbao. Jajaja.

Besos

Isabel dijo...

¡Qué buenos recuerdos me trae estos lugares! Hace un año que los conocí y desde la vuelta los añoro.

Un placer leer este viaje lleno de recuerdos, complicidades y buenos sentiminetos.

Un fuerte abrazo y muchas felicidades, luchar para contarlo y escuchar su música. Es mi deseo.

Charles de Batz dijo...

Lo primero y más importante, querida amiga: me va a hacer Usted el favor de pasar el mejor de los días, que para eso es el de su cumpleaños !por Zeus!.

Leyendo su anotación, se me hace como cosa segura que las personas con las que compartieron esos momentos de charla, disfrutaron mucho de su visita y se sintieron muy felices de acompañarles ese par de horas. Sólo espero que, esos donostiarras se desperecen algún día, crucen la Concha y compartan ese mediodía con ustedes, además de con cañas y cafés, con unas jardineras en el Txepetxa, Txampis del tamboril, o cualquiera de las curiosas delicias de la Cuchara de San Telmo. Por dar sólo unos ejemplos, que como ustedes bien saben, suele decirse que para comer bien en Bilbao hay que hacer 100 kilómetros (que es la distancia aproximada que la separa de Donostia).

Por cierto, quye como apunta Alucinao, debería usted contarnos en que consistió el menú en casa de Juanmari, que a veces uno piensa que no hay literatura con mayor poder y fuerza evocadora, que la de la carta de un buen restaurante.

Salud para los dos

emejota dijo...

Me ha maravillado la narración en su expresión y en su emoción. La música ya... sin palabras.
Es que San Sebastian está íntimamente unido a mi infancia y a parte de mi juventud. De hecho por chiripa no me quedé a vivir allí. Beso.

Txema dijo...

Exactamente 111 kilómetros. Pero también se puede comer muy bien en zonas intermedias: Getaria, Zarautz, Orio, Lekeitio, Gernika... hasta llegar a Bilbao.

saludos

Isabel Barceló Chico dijo...

Ha sido como viajar contigo, sufrir los inconvenientes del camino y, sobre todo, disfrutar del paisaje y los encuentros largo tiempo esperados. Poder abrazar a los amigos y compartir zozobras y alegrías. Más abrazos, más amigos, más azul... No importa que tardes cuando nos regalas estas maravillas. Un abrazo muy fuerte, querida condesita.

anarkasis dijo...

mechachis! ¡que día más bien aprovechao!,
cambiaba 30 de esos por un mes de mi vida

mammamia dijo...

Mi querida Condesa,vengo a contarla unos chascarrillos.
Resulta que hoy,he recibido la llamada de otra Condesa( qué casualidad)que se llama Paz( ¿ también es casualidad?)ella siempre tan atenta me ha felicitado por mi Santo,y a una serviora con estas locuras mías se me había pasao felicitarla a ella.Ha sido un placer como siempre hablar con ella,me ha estado contando un viaje que acaba de hacer a Donosti ( que casualidad,también como el suyo)pronto hará otro viaje,más corto que éste,y el paisaje no será tan bonito,pero será recompensado con nuestro encuentro y con un vermut que nos está esperando.
Ya pasaré a contarla cómo nos ha ido.
Y dejando a un lado los chascarrillos, ha sido un placer Señora Condesa leer su entrada y disfrutar de este viaje que nos ha contado con todo lujo de detalles.
Y muchas,muchas ¡FELICIDADES!
Y besos,tantos........ cómo años cumple¡SENTIITOS Y JONDOS!

Freia dijo...

Vuelvo resacosa de años y manhattans y me encuentro a donostiarra y bilbaíno algo "enzarzados" por un quíteme allá esa playa o unos pocos kilómetros gastronómicos, jajaja.

Alucinao

Mi apreciado pucelano. Gracias por su felicitación. Confío en que el menú haya contrarrestado la envidia por el concurso de pinchos en Valladolid.

Gracias por estar ahí. Muakiss azul verdoso.


Devaneos...

¡Qué poquito le queda a Vd. en varios frentes! ¡Ánimo, que el viernes está ya ahí!
Ya me contará Vd. lo de la Concha delante de unas cañas.

Un abrazo licenciado, que no licencioso, querido Peter P.

Txema

Mi caballero de Noeraixò... Jajaja, cuando le sale a Vd. la vena Biscaína....

U,n abrazo bien fuerte.

Isabel

Querida costurera, ¿verdad que engancha? A mí me pasa no solo con el norte. Tengo yo unas ganas de Sevilla...

Un beso muy fuerte

Freia dijo...

Se me cierran los ojos de sueño..... Uahhhhh?...

Mañana sigo. Vds. Van a disculparme.

Martine dijo...

Suerte que te felicité en su debido tiempo.. ;)
Ma petite Comtesse, mon retard est dû à toutes ces allées et venues de ces derniers jours.. et je suis littéralement épuisée... Ouf!!

Este viaje de tus manos, con tus ojos...es un regalo que nos ofreces TÚ por tu Cumpleaños, Gracias y una vez más BON ANNIVERSAIRE MA CHÉRIE!!
Mille bisous!

Freia dijo...

Charles de Batz

Mi buen Charles, le confieso sin ningún tipo de rubor que fue una tarde excelente en todos los sentidos ( hasta la pertinaz lluvia semanal nos respetó retirándose provisionalmente) pero tengo que advertirle que bastante hicieron ya nuestros amigos con andar pidiendo permisos y trastocando su rutina diaria para que pudiéramos vernos. Si en la próxima ocasión podemos comer juntos esas viandas y en los sitios que se apuntan, pues miel so re hojuelas pero lo importante es seguirás viendo,
Por lo que respecta al menú nocturno, espero que le haya llegado alguna filtración al respecto. Me ha gustado eso de que en el menú de un buen restaurante se esconde buena literatura, lo apoyo, por supuesto.
Y con respecto a si se come mejor en Donosti que en Bilbo, le diré, jajaja, que yo no comí nada mal en el Guggenhein. Eso sí, cocinaba un discípulo de uno que tienen Vds. por ahí en Lasarte.

Un gran abrazo triple y todo el afecto del mundo del conde y la condesa.

Freia dijo...

Emejota

Querida emejota:

Seguro que Vd. habría aprovechado ese día escaso para zambullirse en La Contxa y nadar un buen rato sin neopreno. Me agrada saber que una parte importante de su vida está relacionada con una ciudad a la que quiero tanto,

Con relación a la música, me parece injusto lo poco conocido que es Arriaga. Creo que hizo una música fantástica y más teniendo en cuenta que murió con apenas 20 años. Su música sinfónica es soberbia, pero la de cámara es mucho más hermosa, desde mi punto de vista

Un abrazo

Txema


Jajaja, Txema. Le aseguro que no me importaría volver a comer en Getaria, o en Lasarte, Hernani, Rentería. De Zarautz solo puedo hablarle de aperitivos y Lequeitio y Gernika no los conozco, por desgracia.
A mí no me importaría apuntarme con Vd. a una ruta gastronómica por Euzkadi.

Un abrazo,

Freia dijo...

Isabel Romana

Mi querida romana. No soy más que una aprendiz de su forma de describir al reconstruir Alba Longa o el valle del Tíber. ¡Qué más quisiera yo que poder describrir como Vd.!
De taodas formas, esta humilde porquera tiene bien guardada su siringa para poder aparecer por la blogocosa en cuanto tenga un pco más de tiempo.

Un abrazo muy fuerte

Anarkasis

¡Ay, querida!, le puedo asegurar que yo también. Y mire que procuro, al menos, tener pedacitos de día a lo largo de las semanas. El martes de la semana pasada tuve uno de esos momentos oyendo tocar el piano a alguien que lo hace maravillosamente, con la música de gente a la que admiro y respeto muchísimo, especialmente En Vertical. Después, la charla relajada y los Manhattan sabiamente compartidos con buena gente. ¡Qué sería de nosotros sin esos momentos!

Le deseo una feliz mudanza, querida. Fasolt se ofrece a llevarle las ínfulas. Mil abrazos y besos.

Freia dijo...

Querida mammamia, ¡lo que son las casualidades! A mí me pasa lo mismo con una monja bizqueante, a la que el convento se le queda muy corto porque el cante, el baile y la bonhomía (¿o habría que decir bonmujería?) se le salen por los poros sentíos y jondos.
Ese trayecto de apenas 30 kms. con la recompensa final de buenísima compañía compartiendo un vermú, hacen el viaje igual de deseable que el de Donosti.
Creo que el martes que viene es un día bien importante para Vd., pero si Vd. me dice ven, lo dejo todo.

Un abrazo y muchos besos jondos, pero que jondos, jondos,

Martine

Mi querido ratón. Aunque no hubiese tenido tiempo, Vd. nunca llegaría tarde. Además, eso le pasa a la jefa por nacer en fechas tan poco oportunas. Recuerdo siempre y hasta los 24 años mi cumpleaños entre calor insoportable, bibliotecas, apuntes y exámenes finales. El fin de año de institutos y universidades tiene prioridad.
Confío en que ha haya terminado Vd. felizmente.

Descanse y recupérese que es lo más importante ahora.

Un beso muy, muy, muy fuerte, Martine

Allek dijo...

Precioso paisaje.. encantador!!

Sergio Astorga dijo...

Mi querida Condesa, de nuevo en sus aposentos disfrutando, disculpe la frivolidad, pero yo vengo a disfrutar, porque este Andantino es una delicia.

Celebrando siempre su buena prosa que es fermosa como la vaquera de la Finojosa.

Un abrazo de años renovados.
Sergio Astorga

Paz Juan dijo...

Taio y Allek

Bienvenidos a este blog y gracias por sus palabras.

Sergio Astorga

Mi estimado abarrotero. Tiene Vd. paso franqueado hasta la cocina, que decimos por aquí. Vamos, que puede Vd. pasear por este palacete como y cuando le convenga. Y para mí es un disfrute que Vd. disfrute.

¿Sabe Vd. que el Marques de Santillana me trae recuerdos hermosos y muy personales? Era el fundador de la familia Mendoza (algo así como los Alba, pero con más antigüedad). Durante años estudié y disfruté las memorias, correspondencia y andares de uno de sus nietos, el gran Tendilla, embajador de los Reyes Católicos ante el Papa de Roma. Llegué a considerarlo casi de la familia y me encariñe con él, se lo aseguro.
Se parecía mucho a su abuelo el marqués que perseguía pastoras y no solo porque llevase su mismo nombre y apellidos.

¡Aysss, que me ha rejuvenecido Vd. 25 años!

Un abrazo pastoril

fra miquel dijo...

Bonitas fotos, aunque la mejor fotografía la he visto en sus palabras describiendo este viaje relámpago.
Descanse usted y pase un buen verano
Ah! y felicidades ;o)
Una abrazo