Un regalo de Sergio Astorga

sábado, 12 de enero de 2013

Bagatelas X: Acorde eterno









Probablemente sea el acorde sobre el que más se ha escrito en la historia de la música. Encontrarán información sobre él en cualquier libro básico o erudito de Wagner con el que se topen. Dejo a su elección la consulta.

Si lo traigo aquí es porque esta semana estuve en las dos conferencias que José Luis Téllez dio en la Fundación March sobre la vida y la obra de Wagner. Y me quedo, sin dudarlo, con el significado que él nos sugirió. Es el acorde eterno del amor y la muerte superpuestos. Y creo que por primera vez en mi vida creí entrever, en toda su magnitud,  la razón profunda y última del amor que estalla literalmente entre Tristán e Isolda al final del primer acto y, por supuesto, el liebestod final.

En todo caso, aquí lo tienen. Para que disfruten de su ambigüedad tonal y de su desolada hermosura.
Respeto el poco o nulo afecto de unos cuantos de Vds. hacia la música del alemán pero creo que no me podrán discutir nunca la inmensa belleza de este preludio.



R. Wagner (1813-1883). Tristan und Isolde - Vorspiel (Tristán e Isolda - Preludio). Philharmonia Orchestra. W. Furtwängler, director. Chorus of the Royal Opera House, Covent Garden. Emi, 1953 y 2001.




Y prepárense, que si el tiempo lo permite y la autoridad encuentra los minutos suficientes se van a hartar de escuchar -aquí y en este año del doble bicentenario- mucho más al teutón que a don Giuseppe.

8 comentarios:

Charles de Batz dijo...

Está usted que no para querida amiga. Así da gusto y es más: espero que consiga hacer mis oídos mi basto gusto a la música del tal Ricardo, que es algo con lo que nunca ha habido manera.

Muchas salud en su casa.

Freia dijo...

Jajajaja, querido Charles. Pues de momento, es Vd. el único que se ha atrevido a hacer un comentario. El resto de los lectoyentes andan agazapados o silbando y mirando al techo. Jajajaja. Si cuando yo digo que es nombrar a Herr Wagner y todo el mundo huye despavorido...
Y no acabo de entenderlo. Es un romántico. Y su obra, el mayor exponente y la cima indiscutible de la ópera romántica. Wagner concita o amores furibundos u odios irreconciliables y, seguramente, es una de las figuras de la música sobre las que más se ha hablado y -en no pocas ocasiones- mal o peor. Y la mayor parte de la gente siente pavor a enfrentarse a una opera suya, entre otras cosas pero no solo, por la duración. Sin embargo, conforme entras en ella, te sumerges en un baño de belleza tal, tanto en lo que se refiere a texto como a música, que me cuesta entender ese pánico.
A ver si es que la ha probado Vd. poco, como la tónica... Si tuvieran Vds. tiempo, podría enviarles algunos DVD. Tampoco hay que vérselos todos de un tirón.
Esta mañana he pasado por delante del Teatro Real y he visto los anuncios del Parsifal, como Matthias Goerne, entre otros. ¿Sabe que por primera vez me ha dado auténtica rabia no tener abono? Pero no pienso pagar los precios que gastan. Ni aunque sea por el alemán.

Un abrazo bien fuerte, querido amigo.

Charles de Batz dijo...

Eso de los precios/filtro de los abonos es moneda de uso corriente en este pueblo en el que yo vivo. Lo curioso es que se venden como rosquillas, y si bien no son grandes aforos, si que sigue siendo mucho -a mi entender-, lo que se recauda. Con esos precios, acabaremos por conformarnos con poder pagar para oír el motor de un autobús o el ruido del metro mientras nos lleva vaya usted a saber dónde...

Lo irónico de todo ello es que quien puede pagar muchas veces lo hace por decir que lo tiene, la butaca -en sobradas ocasiones-, se queda vacía. Es lo que tiene la cultura, que es un ornamento más para las bestias.

De cualquier manera, intentaré desasnarme un poco con sus consejos, armarme de paciencia y almax y aprender a disfrutar del señor Wagner. Le contaré si ha sido posible...

Salud y un buen paraguas, que por aquí llevamos días bajo un aguacero interminable.

Sergio Astorga dijo...

Condesa, puedo confesar que cuando era estudiante de piano la figura de Wagner me era especialmente atractiva. Dejando a un lado su colérico humor y sus lamentables ideas no musicales. Wagner siempre me ha cautivado, buen esto es literal, creo que fueron cuatro horas sentado en el Palacio de Bellas Artes de México escuchando Lohengrin. Su música es envolvente, lamento decirle que con Wagner como con otros compositores me es imposible concentrarme para dibujar, la música me jala. Así que escuché sinfónicamente envuelto y me retiro a escribir. Usted excusara.

Abrazos Tannhäuser.

Isabel dijo...

Tu música en la tarde es detener el tiempo.

Abrazos

Paz Juan Robledo dijo...

Charles

Mi buen caballero de Batz. Efectivamente. Yo no le puedo decir si las localidades se quedan o no vacías, aunque por asiduos al Real sé que el vacio es espectacular en óperas del XX; pero sí sé que los abonos se reparten entre el sector financiero, la gente guapa, las nueras de la duquesa de Alba y luego aquéllos a los que sí les gusta mucho la ópera, pero también tienen posibles.
Menos mal que el DVD acude en ayuda de los que no podemos.

Por aquí hoy anda el día tonto, pero yo como he conseguido que sea un día tranquilo y sin obligaciones perentorias, es el más fantástico del mundo.

Un beso y un abrazo con bellotas dulces.


Sergio

Mein Gott!, ¡¡¡¡un lectoyente (y de los más queridos) de este salón al que le gusta Wagner!!!! Acaba Vd. de hacer de mí, si es que no lo era ya antes, la fan más fiel de su aborrote y, todavía más, del abarrotero...

Por lo que respecta a las cosas que escribió pues sí, estoy de acuerdo con Vd. en que muchas de ellas eran directamente racistas y lamentables; lo sé y lo he dicho siempre. Pero también sostengo que un altísimo porcentaje de los que ponen a parir a Wagner no se han molestado en leerlo ni en saber mínimamente sobre su vida y obra. Creo que es uno de los artistas sobre los que más de oídas se habla. Y así, claro, pasa también lo que pasa.
Nada más lejos de mi ánimo que defender lo que dijo, pero se le critica sin tener la menor idea de lo que era la Alemania del XIX y, sobre todo, sin el menor criterio.
Y eso ha afectado tremendamente a la valoración de su obra. Y ahí es donde la injusticia es manifiesta. Pero, en fin, tampoco voy a ir yo intentando hacer proselitismo wagneriano.

Y sí, a mí también me pasa lo mismo con la música del alemán. Me subyuga (y utilizo la palabra rimbombante con conocimiento de causa) de tal forma que no puedo hacer otra cosa que escuchar y ver.

Gracias especialísimas hoy, querido abarrotero.


Isabel

Mi querida costurera. En primer lugar, gracias, muchas gracias por seguir siendo tan fiel a esta bitácora cuando yo la tengo a Vd. tan abandonada. Podría decir que tengo problemas con el reader y es bien cierto pero eso no vale de excusa.

En segundo lugar, gracias de nuevo por encontrar siempre la palabra justa. Y además es que, con Wagner especialmente, es bien cierto que el tiempo se detiene.

Un beso y un abrazo muy grandes, Isabel.

Gemma dijo...

No sé a cuál de las dos dirigirme: si a Freia o a Paz, así que sepan ambas desde este mismo instante que yo aplaudo todos los presentes y futuros homenajes a Wagner que tengan a bien hacer. Sublime decisión, que diría Mihura. (Como lo son al cabo tanto el amor como la muerte...)
Besos a las dos

Freia dijo...

Querida Gemma. Disculpa por el retraso. Se me olvidó por completo responder a vuestros últimos comentarios.

Me alegra mucho, pero que mucho mucho saber que los wagnerianos de este salón ya somos trío. Uno más y nos montamos otra tetralogía.

Un beso muy fuerte en espera de uno real, unido a un buen achuchón.