Un regalo de Sergio Astorga

viernes, 25 de enero de 2013

Bagatelas XIII: El Rey de los Elfos




Erlkönig. Grabado al aguafuerte de E. Schäffer sobre una obra original de B. Neher de 1846, perteneciente a la colección de frescos de la Goethezimmer, en el castillo del Gran Ducado, en Weimar. 



Cuando Schubert tomaba un poema de Goethe y le ponía música, solía producirse el milagro.

Si ese milagro es cantado por Dietrich Fischer-Dieskau o Matthias Goerne se convierte directamente en placer de dioses.

La red está llena de referencias acertadas y eruditas a  poema y composición  de modo que esta vez les libero de mis explicaciones porque, ¡qué caramba!, para eso esto es una bagatela.

Y además, si me apuran, lo único que necesitan es leer y escuchar. El corazón se les encogerá de tristeza y hermosura.

Disfruten pues esta belleza de música y texto en una interpretación, que todavía no ha salido al mercado, de mi barítono vivo favorito.

No quieran saber cómo esta condesa ha podido conseguirla antes...




F.Schubert (1797-1828). Erlkönig (El Rey de los Elfos). D 328. Matthias Goerne, barítono. Andreas Hoefliger, piano. Schubert/Goerne Edition. Vol. nº 7. Harmonia Mundi, Febrero 2013.



Der Erlkönig

Wer reitet so spät durch Nacht und Wind?
Es ist der Vater mit seinem Kind;
Er hat den Knaben wohl in dem Arm,
Er faßt ihn sicher, er hält ihn warm.

"Mein Sohn, was birgst du so bang dein Gesicht?"

"Siehst, Vater, du den Erlkönig nicht?
Den Erlenkönig mit Kron und Schweif?"
"Mein Sohn, es ist ein Nebelstreif."

"Du liebes Kind, komm, geh mit mir!

Gar schöne Spiele spiel' ich mit dir;
Manch' bunte Blumen sind an dem Strand,
Meine Mutter hat manch gülden Gewand."

"Mein Vater, mein Vater, und hörest du nicht,

Was Erlenkönig mir leise verspricht?"
"Sei ruhig, bleibe ruhig, mein Kind;
In dürren Blättern säuselt der Wind."

"Willst, feiner Knabe, du mit mir gehn?

Meine Töchter sollen dich warten schön;
Meine Töchter führen den nächtlichen Reihn,
Und wiegen und tanzen und singen dich ein."

"Mein Vater, mein Vater, und siehst du nicht dort

Erlkönigs Töchter am düstern Ort?"
"Mein Sohn, mein Sohn, ich seh es genau:
Es scheinen die alten Weiden so grau."

"Ich liebe dich, mich reizt deine schöne Gestalt;

Und bist du nicht willig, so brauch ich Gewalt."
"Mein Vater, mein Vater, jetzt faßt er mich an!
Erlkönig hat mir ein Leids getan!"

Dem Vater grauset's, er reitet geschwind,

Er hält in Armen das ächzende Kind,
Erreicht den Hof mit Müh' und Not;
In seinen Armen das Kind war tot.


El Rey de los Elfos

¿Quién cabalga tan tarde a través del viento y la noche?
Es un padre con su hijo.
Tiene al pequeño en su brazo
Lo lleva seguro en su tibio regazo.

"Hijo mío ¿Por qué escondes tu rostro asustado?"

"¿No ves padre al Rey de los Elfos?
¿El Rey de los Elfos con corona y manto?"
"Hijo mío es el rastro de la neblina."

"¡Dulce niño ven conmigo!

Jugaré maravillosos juegos contigo;
Muchas encantadoras flores están en la orilla,
Mi madre tiene muchas prendas doradas."

"Padre mío, padre mio ¿no oyes

Lo que el Rey de los Elfos me promete?"
"Calma, mantén la calma hijo mío;
El viento mueve las hojas secas. "

"¿No vienes conmigo buen niño?

Mis hijas te atenderán bien;
Mis hijas hacen su danza nocturna,
Y ellas te arrullarán y bailarán para que duermas."

"Padre mío, padre mío ¿no ves acaso ahí,

A las hijas del Rey de los Elfos en ese lugar oscuro?"
"Hijo mío, hijo mío, claro que lo veo:
Son los árboles de sauce grises."

"Te amo; me encanta tu hermosa figura;

Y si no haces caso usaré la fuerza."
"¡Padre mío, padre mío, ahora me toca!
¡El Rey de los Elfos me ha herido!"

El padre tiembla y cabalga mas aprisa,

Lleva al niño que gime en sus brazos,
Llega a la alquería con dificultad y urgencia;
En sus brazos el niño estaba muerto.
[Por lo que respecta a la traducción debo decirles que, por supuesto, yo no me atrevo -ni creo que lo haga nunca- con un poema de Goethe. Tampoco he encontrado nada decente en los programas de mano o discos que hay por casa. He buscado en la red y lo cierto es que ninguna me ha convencido, pero ésta -a pesar de algunas extrañas consonancias- me ha parecido la más lograda. Lamento no poder citar al traductor pues no he conseguido localizar su nombre por ningún sitio. Ni que decir tiene que se agradecen correcciones y enriquecimiento por parte de mis lectoyentes germanoparlantes.]




Y como bonus-track, les dejo la interpretación del grande de los grandes, cuando era jovencito y estaba de buen año. No se pierdan los gestos de su voz y su rostro. Ni el soberbio trabajo de Gerald Moore, al piano.

Vía Gothware

8 comentarios:

jddm dijo...

Oy oy oy, eso de cómo habrá podido la condesa conseguirlo antes de que salga al mercado da para mucho, señora mía...
Gracias por este "Caprice des Dieux", que, igual que el queso, este lectoyente lo consumirá encantado mientras desayuna.

Un abrazo saba(n)deño,
PeterP.

RGAlmazán dijo...

Schubert es un alemán que me gusta, que no es poco. Y Goethe es un escritor de primera. Una mezcla explosiva que llega de la mano delicada de mi condesa preferida. Gracias.
Mil besos

Salud y República

alestedemadrid dijo...

Aquí echo yo de menos saber alemán. Muy buena elección, me ha encantado el poema. Un beso

Isabel Barceló Chico dijo...

Es sobrecogedor, cierto. Esa criatura que ha de morir... Me ha recordado un relieve en un sarcófago romano que no he podido identificar, y en el que se ve a un jinete con un niño en los brazos, a galope... Un abrazo, querida amiga.

Freia dijo...

Peter P

No se entusiasme, querido amigo, que la cosa resultó mucho más prosaica de lo que parece. Ya sabe que la condesa es un tanto aparente.
Confío en que se desayunara Vd. a Schubert, pero no a Matthias Goerne.

Millones de abrazos y besos.

Rafa

¡Anda, un alemán que le gusta! Es más, uno no; dos alemanes que le gustán al señor Almazán... Jiu, jiu, jiu, estamos de enhorabuena.

Jajajaja. Ya fuera de bromas, me alegro de que le haya gustado.

Un abrazo bien gordote


Aleste

Para mí siempre Goethe, cuando lo leo (en poemas aislados) en alemán me parece de una sonoridad especialísima, belleza (y mucha) aparte. Y desde luego suelo preferir la música que Schubert compuso para sus poemas que las de otros compositores.

Un abrazo

PD La semana que viene tenemos exposiciones nuevas. Interesantes. No lo eche en saco roto.

Freia dijo...

María

¡Ay, mi querida María, hace bastante que dejó de importarme que la gente comentara o no en el blog. Sé que mis amigos andan cercan aunque no puedan entrar o que entran y sencillamente no quieren o no pueden o no tienen tiempo de escribir nada. No los siento más lejos por ello. En absoluto.

Todavía no hay nada definitivo pero es posible que dentro de un mes viajemos al sur, que el frío nos tiene encogidos y necesitamos sol y amigos.

Un beso doble y fuerte.


Isabel

Pues seguramente hay un tronco común y bien antiguo. No sería la primera vez que existen paralelismos claros entre la cultura grecorromana clásica y las sagas germánicas o nórdicas. Sería cuestión de husmear un poquito y ver si están o no relacionados. Al fin y al cabo, creo recordar que Goethe también bebía en ocasiones de fuentes tradicionales, como los Grimm o Wagner.

Un beso querida Romana y tenga cuidado no pase cerca del Palacio de las Artes de Valencia, no se le vaya a caer en la testa un desconchón de esos carísimos de Calatrava que tanto les costaron a Vds., valencianos y, de paso, a todos nosotros.

mc dijo...

gracias, Paz. Este Lied es un rey en sí mismo, lo tiene todo. A Goethe le gustaba más la versión de Loewe, pero sólo porque no comprendió a Schubert, demasiado rompedor (si no la tienes, la de Loewe, te la puedo pasar para que las compares, la tengo grabada por Prégardien, tenor, con Gees al piano).
un abrazo y gracias por el anticipo. He mirado mis versiones y no tengo ninguna grabada de Goerne!!

Freia dijo...

Mi querida María. Me encanta la idea de cambiar lieder con poemas de Goethe, como de cromos se tratara. Me alegra saber que ni Vd. Ni yo los tenemos repes.
Espero poder llevarle el suyo este jueves, en el concierto de Il Giardino Armonico.

Gracias a Vd., como siempre, por hacerme descubrir a Goethe cada día.

Un beso muy fuerte.