Un regalo de Sergio Astorga

viernes, 14 de agosto de 2015

Doce canciones de amor desesperadas






Hace un mes esta condesa se remangaba el polisón y ni corta ni perezosa embarcaba en un proyecto de teatro fascinante que tenía por leitmotiv el amor expresado a través del baile.

Cuerpos de 20 y 60 años unidos en escena. Como uno solo. Unos, ligeros, ágiles, graciosos, llenos de vida y de energía y afecto. Otros, cansados, sin medidas ni peso ideales, pero también llenos de afecto, energía y vida. Y es que todos los cuerpos son hermosos aunque el tiempo, las decepciones, el vivir o el amor los deformen. Porque el dolor y el sufrimiento modelan y hermosean a su modo. Esa era la espléndida base sobre la que se asentaba el taller laboratorio que durante diez días nos llevó a compartir en el Español-Matadero sudor, energía, secretos nunca antes dichos a otros, risas, música, esfuerzo, calor, baile. Movimiento de los cuerpos objetiva o subjetivamente hermosos. Y el amor, el desamor, la espera, el mirarse a los ojos, la confianza en el otro, la desesperanza, la nostalgia, la realidad abriéndose paso entre los recuerdos... 

Y de aquellos días de trabajo colectivo de actores o aprendices de actores, directores, músicos, fotógrafo... de aquellos días de acariciar, mirarse, guiar, cuidar del otro, sentirse muy cerca... de aquellos días que terminaron en una muestra al público han surgido ahora estas canciones de amor desesperadas. Mis particulares doce canciones de amor desesperadas. 

Desfilarán por aquí trocitos de amor de todo tipo: ilusionados, nacientes, desesperanzados, los que todavía no son, los que fueron y terminaron, los de juventud o los del ocaso, los positivos y  los que comenzaron a doler aun antes de iniciarse.  Es fácil que Vds., mis queridos lectoyentes, se identifiquen con lo que se canta o se dice o se susurra. De eso se trata. 

Saben de sobra que esta condesa es inconstante de modo que no se llamen a engaño si no llego a la docena -tengo cierta querencia por dejar siempre las cosas a medias-, pero al menos voy a intentarlo. Desgranaré pues desde esta bitácora resucitada doce "canciones" de música clásica, ya sean fragmentos de ópera, lieder o pedacitos de música antigua.  En la medida de lo posible, les añadiré la traducción para que resulten algo más inteligibles cada entrada y cada porqué de los títulos que irán surgiendo.

Y ya no les doy más la tabarra. A modo de prólogo y de inicio, quédense con esta pequeña maravilla del soberbio último Mozart, para mí el ejemplo más evidente de lo que puede ser un amor desesperado: Pamina al ver que Tamino se niega a dirigirle la palabra, cree que ya no la quiere y se lamenta...


¡Ay, siento que la dicha del amor
ha desaparecido para siempre!
¡Nunca volveréis a mi corazón,
horas de delicia!

Mira… Tamino, querido,
estas lágrimas corren sólo por ti.
¡Si no sientes los anhelos del amor,
mi descanso estará en la muerte!


Sean todo lo felices que el calor, el barullo y los turistas les dejen. Ya vendrá el invierno. 


W.A.Mozart (1756-1791)  Ach, ich fühl's, es ist entschwunden  (Ay, tengo el presentimiento...). K620. De la ópera Die Zauberflöte (La Flauta Mágica). Libreto de A. Schikaneder. Acto II, Escena 4ª.  Lucia Popp, soprano. Bernard Haitink, director. Orquesta Sinfónica de la Radiotelevisión Bávara. Ópera Estatal de Viena, 1983.  Via omnia mea mecum porto

2 comentarios:

fra miquel dijo...

Una experiencia, sin duda, gratificante la que ha experimentado en el Español-Matadero. Me alegro por usted :o)
Y quedo pues, a la espera de las 11 restantes canciones... Usted siga anunciando en el FB que últimamente cuesta entrar en los blogs ;o)
Una abraçada des de Barcelona

PS: Fantástica Lucia Popp :o)

Paz Juan Robledo dijo...

No lo dude, Fra Miquel. Podrá Vd. comprobarlo dentro de poco porque ya está el vídeo de la función. En cuanto tenga un ratito libre -después de subir una nueva entrada al blog de las canciones- le paso al Google o al Dropbox un enlace para que lo vea o se lo descargue.

Mientras pueda, seguiré usando en networkedblogs para anunciar las entradas de blog, porque desde que desapareció el reader, nunca me entero de cuándo publican mis amigos.

Y sí, maravillosa Lucia Popp. Era una de las grandes, grandes, grandes.

Un petó i una abraçada des de Madrid.