Un regalo de Sergio Astorga

domingo, 16 de agosto de 2015

Primera canción de amor desesperada: amor que suplica








Amor hacia el padre y el amante. Amor que suplica a uno para conseguir al otro.

Extremo, pasional, exaltado y hasta un poco chantajista.

¿Amor o enamoramiento febril?

En todo caso, ¡qué manía tienen algunos jóvenes de tomarse las cosas tan a la tremenda invocando de continuo a la muerte! Con lo poco recomendable para la salud que es eso. Y sobre todo porque, salvo en los dramones o las óperas, nunca vale la pena.

De todas formas, es un aria con una de las músicas más hermosas que compusiera nunca Puccini y que pertenece -con toda seguridad- a su ópera más divertida. 

Disfruten por tanto de la dulce súplica  -interpretada además por la Callas- pero no tengan la peregrina idea de tirarse desde ningún puente, dado que la pertinaz sequía de este verano a buen seguro habrá hecho desaparecer una parte nada desdeñable de los caudales patrios. 

Dejemos pues a la dulce Lauretta intentando que su padre, Gianni Schicchi, permita su relación amorosa con Rinuccio, a pesar de la manifiesta enemistad entre los padres de éste y el protagonista de la obra.
Nuestra muchachita habla así: 



¡Oh, papaíto querido,
Me gusta: es bello, bello!
¡Iré a Porta Rossa
a comprar el anillo!
¡Sí, sí, allí quiero ir!
¡Y si le amase en vano,
iría al Ponte Vecchio,
pero para arrojarme al Arno!
¡Me angustio y me atormento!
¡Oh Dios, quisiera morir!
¡Papá, piedad, piedad!
¡Papá, piedad, piedad!


Combatan como puedan los calores del estío. Si este pedacito de bel canto les ayuda en la tarea, me sentiré muy afortunada.

G. Puccini (1858-1924) O mio babbino caro (Oh, papaíto querido), de la ópera Gianni Schicchi.  Libreto de Giovacchino Forzano. Maria Callas, soprano. Tullio Serafin, director. The Philharmonia Orchestra. Emi classics, 1954, remasterizada en 2002. Via María Callas


2 comentarios:

alestedemadrid dijo...

Qué buena idea, una serie de canciones de amor. Esto promete...

Freia dijo...

Espero seguir teniendo constancia para seguir.

Un beso bien fuerte.