La Place des Vosges. París en el mes de junio. Dos personajes acuden a un especial rendez-vous. Nunca antes han estado allí juntos. Durante unos breves instantes se reconocen. Y echan a andar. Place Bastille, Boulevard Henri IV, en diagonal hacia el Sena. Caminan lentamente, están muy nerviosos y a ambos les cuesta hablar.
Cuando dejan atrás el bullicio para adentrarse en l'Île Saint-Louis, de repente, todo se vuelve más sencillo. Sonríen. Las palabras fluyen despacio mientras pasan por el comercio minúsculo de prensa y postales antiguas, por la tienda de delicatessen que hay un poquito más arriba, justo enfrente de donde ella hace ya tiempo compró aquel bolso que aún le gusta tanto. Y al llegar a la heladería ya ni siquiera ven a los turistas. París se ha vuelto amable, les deja respirar y conocerse, se ha convertido en cómplice. Caminan ahora por el lateral de Notre-Dame sin ver los comercios de souvenirs con espantosas gárgolas de resina. Al entrar en el parvis de la catedral, el sol los va siguiendo mientras, ahora sí, ríen abiertamente.
Al tomar Boulevard Saint-Michel los coches y el ruido se han difuminado. Solo el Musée Cluny y la Sorbonne sobreviven al fundido en gris. Los dos atraviesan con calma la verja y entran en el Jardin de Luxembourg. Nuevamente, mucha gente que no ven. Seguramente hablan de tonterías, de pequeñas cosas sin aparente importancia. Les bateaux à voile del estanque les hacen guiños. Está hermoso el jardín en junio, con las sillas de hierro fundido, los parterres y el pequeño palacio. Salen por un lateral del parque y, esta vez mucho más deprisa, lo bordean por el exterior para dirigirse aux Invalides. Ella también habla muy deprisa en ese momento. Le da miedo que si deja de hacerlo algo se rompa. Él se limita a mirarla. La cúpula des Invalides, la que da sombra al jardín del Musée Rodin, centellea dorada. Ahora es él quien habla y ella quien escucha y mira. Tuercen hacia la izquierda, para encontrar la mole de l'Académie Militaire.

Raoul Dufy (1877-1953). La Tour Eiffel (1935). Acuarela sobre papel. Colección privada.
Y allí, al pie des Champs de Mars, se redescubren de repente, tan silenciosamente como empezó el viaje. La tour Eiffel contempla a dos personajes nuevos, renacidos, que van acercándose a sus poderosas patas de hierro sin decir una sola palabra. Y la alegría estalla y París murmura y mide y tararea. Un dos tres, un dos tres... En un vals de tres, cuatro, cien, trescientos treinta y tres, mil tiempos diferentes. Y asciende en torbellino por los jets d'eau del Trocadero y sigue girando vertiginosamente a lo largo de la Avenue Kléber. La Place de l'Étoile los reconoce y los protege y los abriga en medio del tiovivo y las encrucijadas.
Y los árboles des Champs-Elysées se abalanzan para contemplar el ritual acompasado e íntimo de una pareja abrazada besándose, como si fueran los protagonistas de un tango.
L.Clichy. À quoi ça sert l'amour? (¿Para qué sirve el amor?). Corto de animación de 2003, que pone imágenes a la canción del mismo nombre, creada por Laroche y Emer e interpretada por Edith Piaf y Théo Sarapo.
J. Brel (1929-1978) Orly. En el álbum Brel. Phillips, 1977. Barclay, 2003. Letra